El
viernes 14 de julio, realizamos una actividad en la biblioteca con motivo del
pasado Día Internacional del Orgullo LGTB. Las niñas participantes leyeron el
cuento de María José Mendieta y Mabel Piérola Aitor tiene dos mamás y tras la
lectura, se inventaron entre todas un cuento que podrán leer a continuación:
LA GAVIOTA TÍMIDA BUSCABA IGUALDAD
Érase
una vez una gaviota tímida que volaba por países diferentes. En sus viajes,
veía muchas familias distintas. Una vez llega a África ve cómo una mamá y un
papá no se portan nada bien con su hijo Luis y el niño deseó tener otra familia
porque lloraba todos los días y sufría mucho. Entonces, la gaviota llevó
volando a Luis a Irlanda, a otra casa, donde vivían un niño y una niña con dos
papás. Al principio, a Luis le chocó mucho tener dos papás, pero con el tiempo
le pareció estupendo porque prefería que se portasen bien con él a tener una
mamá y un papá que le hicieran sentir mal todos los días. Cuando comenzó la
escuela, tuvo problemas con algunos compañeros que no entendían que un niño
pudiese tener dos papás. La maestra, que había visto cómo algunos se burlaban
de Luis explicó en clase, a través de un cuento, que hay familias muy distintas
en todo el mundo y que hay que respetar a todos los niños y las niñas porque no
pasa nada por tener dos mamás, o sólo una mamá, o un papá… y que lo importante
es ser feliz. Después de un tiempo, Luis tenía muchos amigos
y los compañeros que se burlaban de él le pidieron perdón y se llevaron todos
bien.
La
gaviota, después de ver que Luis era muy feliz, voló a Bélgica donde conoció a
una niña llamada Marta que lloraba porque su papá y su mamá estaban siempre
peleándose. Su mamá decidió irse con Marta a otro lugar. Pasado un tiempo, el
papá de Marta se dio cuenta de todas las cosas malas que había hecho antes y,
arrepentido, fue a buscar a Marta y a su mamá, pero no tuvo suerte porque la
gaviota tímida había hecho que la niña y su madre viviesen en Sevilla, donde
eran muy felices ahora.
La
gaviota llegó a Ecuador, donde Marcos, un niño de ocho años, estaba sufriendo
bullying porque siempre estaba con niñas. Cuando la gaviota tímida vio la
situación, picoteó la cabeza de los niños que se reían de Marcos. Y después de
todo, la gaviota volvió a su casa, satisfecha, porque había logrado que los
niños fueran felices.
¡Muchas gracias a las niñas participantes!